Poca idea tendrían Hernando de Magallanes, Sebastián Elcano y sus valientes muchachos, hace un puñado de siglos, del carácter de “los extraños espécimenes que habitan la Patagonia” al decir de una amiga española. Es claro que no podrían haberlo sabido nunca ya que sólo han coincidido en nacionalidad ya que no en tiempo con ella. Yo, que apenas soy patagónico, y estoy en ardua lucha por conocerme a mí mismo, trato de bosquejar algunas impresiones genéricas -por llamarlas de algún modo- sobre estos seres. Y para tener una noticia inicial, añadiré lo que señalan nuestros nunca bien queridos amigos porteños (de Buenos Aires, le aclaro al lector desprevenido). Me resultó casi risueño leer en los diarios que la nota predominante de los patagónicos es la desconfianza. Y me puse a pensar porqué sería. Esta es una zona vasta, poco habitada y con muchas riquezas naturales. Un oasis económico un tanto desmesurado, en el que todo está (o estaba por hacerse), excepto por que un día… De un día para otro nos hemos amigado con la palabra despojo, y así como los que somos descendientes de inmigrantes le usurpamos la tierra al habitante primitivo, hoy sentimos que nos han ocupado la casa. No seré yo ni el primero ni el último en sugerir que abundan banderas foráneas por acá. Quizá porque no las haya y lo que ha sido nuestro se va por oleoductos muy modernos sin que vuelva nada más que algunas migajas. No seré yo quien se enfade por la enorme cantidad de banderas. Ojalá en algún futuro no muy lejano, la lana de nuestras ovejas abrigue del frío a gentes de latitudes menos favorecidas que éstas. Ojalá, además, que nuestro gas los calefaccione. Es une pena el solo hecho de tener que pensar que eso es más bien utópico y que lo que sale del casi desierto se convierte en débitos en alguna cuenta corriente de alguna compañía financiera suiza, con el guiño cómplice del gobierno de turno, mientras el común de los pobladores locales se las ingenia para crear las carencias que lo someterán mañana. Y todo para que alguno diga por ahí que somos desconfiados! Disculpen la tristeza.  Anotado en el cuaderno de Jorge Mayer a las ¶ 6/30/2003 12:17:00 p. m.

  Hola. Bienvenidos a este pequenio espacio virtual que no sabe bien que quiere ser. Quiza solo ponga de manifiesto mi mirada estrabica y patagonica respecto de lo que pasa en el mundo. Quiza sea solo una reinvindicacion de la locura como elemento motorizador de la revolucion. Quiza sea un intento de desmitificacion de esa palabra. Pero lo mas probable es que solo sea un espejo de las angustias de mi alma. Que deben ser bien poca cosa respecto a tanto atropello que hay en nuestro santo mundo. Un abrazo patagonico. Mayer  Anotado en el cuaderno de Jorge Mayer a las ¶ 6/30/2003 11:38:00 a. m.